CUIDA DE TU PESO 2

SEGUNDA PARTE

La iniciación

Hola de nuevo, te molesto si me recuesto, tu sabes enormes tetas es igual a un dolor de espalda crónico, en fin, en que me quedé, así el viernes, día de la iniciación, o mejor dicho el día en que perdí mi cuerpo para siempre.

Era viernes, y ya imaginaras la sonrisa de oreja a oreja que tenía mientras me dirigía a mi aula, donde se haría la iniciación, ahí me encontré con varios de mis compañeros de clase, en especial con Ricardo con quien me había amistado bastante, mientras esperábamos a que inicie el evento, le platique a Ricardo de Lucy y de cómo esta noche haría lo que sea para conquistarla, el solo se rió y me dijo que estaba lejos de mi alcance, y que ni en mis sueños lo conseguiría.

Empezó el evento, con un tipo de performance de los chicos de cursos superiores, uno que parecía ser un ritual de tributo o algo así, si bien era entretenido y deslumbrante, no hacia mas que buscar con la mirada a Lucy, y ver que no aparecía por ningún lado. El evento siguió y nos hicieron bastantes retos que para mí fueron bastante predecibles: dejarse caer en los brazos del otro, comer algo asqueroso de una bandeja con los ojos vendados, besar al compañero de al lado, etc., cosas repugnantes para unos y locas para otros. Pero a mi nada de eso me interesaba solo quería ver a Lucy.

De repente la vi, estaba en un vestido apretado negro, que solo resaltaba mas sus grandes atributos, ella era la encargada de el ultimo reto, y quien lo lograra seria su acompañante en la fiesta, eso fue todo lo que necesitaba escuchar, fue el primero y al parecer el único que levanto su mano para ofrecerse como voluntario. Ella me condujo a un cuarto donde estaban otros estudiantes de cursos superiores, y me sentaron frente a una mesa pequeña con un enorme frasco de líquido verde en frente.

¿Qué es eso? Pregunte, Lucy me explico que ella y su grupo buscando algo para el reto final, encontraron una tienda de baratijas mágicas, hechizos y pociones, y cuando preguntaron a una señora vestida como bruja, cual podría ser el mejor reto para usar en una iniciación, les había ofrecido este trago, ella explico que la bruja les advirtió que quien la tomase, se transformaría completamente en alguien o algo diferente, por supuesto ellos se lo tomaron a broma y decidieron llevarse la bebida.

Y ahí estaba yo, sentado en la silla tan pequeña, que, si me sentara ahora en ella, la partiría en dos por el tamaño y peso de mi gran culo seboso. Lucy me miro con cara coqueta y me pregunto si lo haría o me acobardaría, la bebida se veía asquerosa y para nada comestible, pero esta podría ser la única oportunidad de conquistarla, estaba mas que seguro que saldría de ese cuarto victorioso con Lucy a mi lado, y lo hice me bebi esa asquerosidad, tenía ganas de vomitar y me ardía la garganta, pero los ojos de Lucy me inspiraban a terminar la botella.

De pronto escuche un grito al unisonó, lo había logrado, Lucy me dio un beso en la mejilla y me susurro al oído “al parecer encontré un acompañante perfecto”. Me sentía todo un héroe, fue la ultima vez que me sentí el hombre mas fuerte y varonil de mundo.

Fuimos de camino a la fiesta, pero empecé a sentir un ardor en el estómago, Lucy lo noto y me pregunto si estaba bien, si no era mejor que me fuera a mi casa a reposar, después de todo ni ellos sabían que contenía la bebida, le dije que no era para tanto que no podía perderme esta noche con la chica mas hermosa del mundo, ella se rió y me tomo del brazo.

La fiesta estaba demasiado prendida, baile con Lucy, como nunca lo había hecho, hasta que empecé a sentir mareos e incluso vomite en la pista de baile, todos me miraron con asco, pero yo ya no podía concentrarme, la cabeza me daba vueltas, los chicos empezaron a alarmarse y llamaron a una ambulancia, Lucy estaba a mi lado y parecía agitada, recuerdo su rostro, ese hermoso rostro de ángel, fue la última cosa que vi antes de la total oscuridad.

Desearía nunca haber bebido esa cosa, fui estúpido y arriesgue toda mi vida por una chica, sin duda yo me busque terminar así, si tan solo hubiera sabido que ese era el último día en el que vería mi esbelto cuerpo, en el espejo, que podía pasar por una puerta sin golpearme mi trasero en el marco, que podía caminar libremente por las calles si recibir insultos o acoso o que vería mi gran verga erecta por las mañanas, nunca habría bebido esa cosa.

CONTINUARA …